¿Por qué es importante tratar el VIH?

Derecho a la salud y a la vida

Desde la concepción internacional, el derecho a la salud es universal sin ningún tipo de distinciones. Brindar tratamiento a personas con VIH desde la concepción de la OMS es un derecho indiscutible a favor de las personas que padecen la infección. Además hace un énfasis en que la desigualdad entre países, en lo relativo al fomento de la salud y el control de las enfermedades transmisibles, constituye un peligro común para las personas, por lo que debe existir un especial enfoque en el alcance de medicamentos a quienes lo necesiten.

La Ley 27/2000 de Guatemala en el artículo 35 indica que toda persona con diagnóstico de VIH/SIDA debe recibir atención integral de inmediato y en igualdad de condiciones con otras personas. Adicionalmente, el artículo 48 de la misma Ley establece que las personas con diagnóstico de VIH tienen derecho a los servicios de atención y acceso a medicamentos antirretrovirales de calidad.

Impacto en el desarrollo social

No tratar a una persona con VIH impacta inicialmente en su salud, pero también incide en su familia y hasta en el desarrollo de sus comunidades.

Según la publicación de la revista cubana Higiene y Epidemiología (VIH y DESARROLLO) el impacto se aprecia además en el número de huérfanos, problemas psicológicos desarrollados en los familiares, fatiga en los trabajadores y sobrecarga de servicios de salud.

Según la misma publicación, a nivel macroeconómico el impacto sería poco perceptible, pero en los agentes individuales de la economía los cambios serían visibles, especialmente en comunidades afectadas por la pobreza.

Impacto económico

El tratamiento de VIH está normado y sugerido desde la OMS, dividiéndose en 3 líneas de tratamiento, que consiste en que si el tratamiento con estos esquemas deja de ser eficaz en el paciente, este deberá de ser tratado con la siguiente línea de tratamiento donde se encuentran otros medicamentos y por lo tanto nuevos esquemas más costosos.

Según la Guía de Tratamiento Antirretroviral y de Infecciones oportunistas en Guatemala, 2013, los medicamentos de primera línea tienen la característica de ser consumidos generalmente por el mayor porcentaje de personas en tratamiento, en Guatemala alrededor del 92% se encontraban para el 2016 bajo esquemas de tratamiento de primera línea.

Este tratamiento puede estimarse en costo tomando como base ATRIPLA a Q671.20 por persona por año, mientras que la segunda línea de tratamiento, puede estimarse en Q7,434.92 por persona por año considerando la combinación Lopinavir/Ritonavir 200mg 50mg + Abacavir 300mg + Lamivudina 150 mg. El tratamiento de tercera línea puede estimarse alrededor de 17 veces más del precio de tratamiento de primera línea según datos oficiales sobre “Manejo de medicamentos ARV PNS-MSPAS”.

Esta información implica que el traslado porcentual de personas en tratamiento de primera línea a segunda o a tercera línea, puede incidir gravemente en la necesidad de financiamiento de la respuesta a la epidemia del VIH, por lo que el tratamiento sostenido de VIH a todas las personas que lo necesiten en Guatemala, debe ser una prioridad.

Indetectable es igual a intransmitible I=I

Más de 410 organizaciones en 59 países que trabajan en la temática del VIH incluyendo a la International Aids Society, avalan por medio de un pronunciamiento del 3 de septiembre de 2017 con evidencia científica el hecho de que el tratamiento también es prevención. Este comunicado resalta que la posibilidad de que una persona con diagnóstico de VIH positivo infecte a su pareja es inexistente si la persona viviendo con el virus tiene carga viral indetectable durante al menos 6 meses.

Cabe que resaltar que ONUSIDA se refirió al respecto del mismo tema indicando que:

El tratamiento antirretrovírico también es beneficioso en relación a la prevención. El riesgo de transmisión a una pareja sexual seronegativa se reduce en un 96% si la pareja que vive con el VIH está bajo tratamiento antirretrovírico”(….) La ampliación rápida del tratamiento y la prevención del VIH conllevaría beneficios económicos significativos en los países de rentas bajas y medias. Conseguir los Objetivos de Acción acelerada reduciría el coste de tratamientos directos en el futuro en un 43% gracias a las nuevas infecciones que se habrían evitado (ONUSIDA, 2018).

Derivado de estos hechos, se puede inferir que una forma de ir reduciendo las nuevas infecciones es brindar tratamiento inmediato a todas las personas diagnosticadas con VIH, y enfocarse en sobrepasar el tercer pilar de la cascada de atención 90-90-90 (supresión viral en 90% de las personas en tratamiento ARV). Esto provocaría que la tasa de nuevas infecciones disminuya en el mediano plazo y por lo tanto el presupuesto para gasto en medicamentos antirretrovirales debería mantenerse en el mediano plazo.

Actualmente, según el informe de 2016 de la cascada de atención 90-90-90 de VIH en Guatemala, el 38% de un estimado de 46,271 personas viviendo con el virus no recibía tratamiento antirretroviral. No tratar al porcentaje restante constituye riesgo de nuevas infecciones, lo cual impacta en la necesidad presupuestaria de los años siguientes.